En 1995 el primer sitio de networking social (TheGlobe.com) fue lanzado al público, y a partir de ese momento, las redes sociales descubrieron el paso por el camino corporativo como método ideal para impulsar la productividad interna y eficientar los flujos de trabajo.
Hoy en día, las Redes Sociales Corporativas (ESN, por sus siglas en inglés) se basan en plataformas de software diseñadas especialmente para el ámbito corporativo, pero con una interfaz muy similar en diseño aFacebook y, ahora, Twitter.
Análisis de IDC apuntan a que las mismas plataformas empresariales se han basado no solamente en cómo lucir las interfaces, sino en la interacción y el concepto más puro de lo que son las redes sociales.
REDES SOCIALES: EL 51,4% LAS UTILIZA CON FINES CORPORATIVOS EN LATINOAMÉRICA
Este tipo de redes son herramientas de trabajo que se implementan dentro de las organizaciones para ayudar a los trabajadores a colaborar entre ellos e intercambiar ideas en su horario laboral, aunque el enorme reto es que una empresa logre ser más competitiva al momento de utilizar plataformas que generen valor a través de esta colaboración.
¿FUNCIONAN?
Es un hecho que las empresas están aprovechando estas herramientas para que la información que se maneja a su interior pueda ser distribuida y compartida de manera más rápida y simple.
Y por supuesto que hay que hablar de sus múltiples beneficios, tales como generar sinergias y vínculos entre los empleados, además de ser un factor fundamental para impulsar la colaboración, proactividad y eficiencia entre los trabajadores.
Respecto al negocio medular, sus beneficios se traducen en KPIs que afectan procesos, ventas y gestión de clientes, llegando a mejorar la productividad de todos los empleados de manera transversal.
El McKinsey Global Institute indica que al implementar tecnologías sociales, las compañías pueden llegar a aumentar la productividad entre el 20 y el 25 %, y todo gracias a la interacción de los trabajadores.
EL EMPLEADO CAMBIA
Según publica ABC, de España, antes de lo que muchos piensan, los trabajadores dejarán de estar pendientes del correo laboral. Y no porque vayan a dejar de consultarlo, sino porque no existirá.
Aunque suene polémico por demás, es un hecho que las expectativas de los trabajadores se están formando en base a sus experiencias en línea, y es por esto que exigirán cada vez más que el lugar de empleo sea lo más parecido a Internet, es decir, abierto y flexible.
La idea no es tan alocada si examinamos el escenario actual, en donde se generan 350 millones de tuits al día y hay mil millones de usuarios conectados a Facebook. Microsoft revela que el 82 % de la población que participa en el mundo digital se conecta a través de redes sociales.
Las ofertas para incorporar estas plataformas en las empresas son múltiples y variadas; IDC anota al menos 50 o 60 proveedores en el mercado.
Fuente: cioal